
La entidad de dinero electrónico Verse anunció el pasado mes de julio el cese de su actividad y recomendó a sus usuarios que retirasen todo el efectivo que hubieran depositado antes de la fecha oficial de cierre, el próximo 13 de septiembre, como informó ABC. El anuncio ha generado inquietud en el sector financiero ya que la plataforma apuntaba a colocarse como la alternativa a Bizum.
La inquietud de los expertos se basa en la peculiaridad que tiene la ‘fintech’ barcelonesa, supervisada por el Banco de Lituania. «Al ser una jurisdicción diferente a la española, el proceso de reclamación, en caso de ocurrir, se puede volver largo y tedioso», explican fuentes del sector a ABC. Como todas las entidades financieras europeas, Verse está sujeta a la normativa que obliga a garantizar los primeros 100.000 euros depositados por sus clientes -circunstancia que ya recordó la aplicación el día de su cierre, asegurando a sus usuarios que estaban protegidos por la legislación-. El problema surge en que para reclamar, los clientes lo tendrían que hacer en Lituania: «Esto podría suponer que los clientes con menos recursos acaben sin recibir su dinero por el coste económico que significaría», agregan.
Los expertos consultados por este periódico creen que esta situación «genera inseguridad y riesgo de desprotección para los clientes» y añaden que «la desregulación provoca inestabilidad y esto no beneficia a la competencia». Por ello creen que los organismos supervisores «deberían garantizar que los usuarios no tengan ningún problema» y «exigir medidas a las empresas para que se eviten este tipo de problemas». Asimismo, recuerdan que el método más seguro de pago para las transacciones de poco volumen de dinero es el efectivo, y aconsejan a los usuarios que «en caso de no utilizar el metálico siempre usen plataformas que estén supervisadas por el Banco de España».
La ‘startup’ pretendía confirmarse como una alternativa a Bizum para los más jóvenes, permitiendo el intercambio de dinero sin necesidad de una cuenta bancaria. Se promocionaba como «la ‘app’ de dinero para la nueva generación» y contaba con «funcionalidades propias de una red social: creación de grupos, organización de eventos, personalización del nombre de usuario, juegos, concursos, un ‘feed’ social para conectar con amigos». No obstante, como declararon desde la compañía, «han tenido que cerrar porque no encontraban una ruta sostenible que les permitiera crecer».
Mejora en la percepción del dinero metálico
El cierre de la plataforma ha agitado el debate sobre el uso del dinero en efectivo. Fuentes bancarias recuerdan que es el método más tradicional y seguro para hacer los pagos, y en el que se elimina el riesgo de que falle la tecnología. Aun así, apuntan a que los medios electrónicos son una realidad que no va a desaparecer y que usa ya la mayoría de la población también.
El último informe del Banco Central Europeo (BCE) sobre el uso del efectivo señalaba que en 2022 el 59% de los pagos en la zona euro se siguen haciendo en metálico: «El efectivo sigue siendo el medio de pago más frecuente entre los ciudadanos europeos, con un bajo nivel de falsificación. La circulación de billetes en euros siguió creciendo en 2022, un 4,5 % en número y 1,8% en términos de valor, y se vio afectada principalmente por la guerra de Rusia en Ucrania y las subidas de los tipos de interés oficiales del BCE a partir de julio», declaró la autoridad monetaria europea ante el estudio.
Además, una encuesta de GAD3 que analizaba esta misma cuestión apuntaba que el año pasado esta opción de pago aumentó en cinco puntos porcentuales, situándose en el 46,3% de las transacciones en España. Aseguraba también que ocho de cada diez encuestados consideraban que el efectivo es «imprescindible en situaciones de crisis» y 3 de cada 4 apuntaban que «es importante en su día a día».
Los resultados de la encuesta de GAD3 pusieron de manifiesto que uno de los principales factores que avalan el uso del efectivo es el mantenimiento de la privacidad de los datos personales, que para un 72% de los entrevistados continúan siendo una de las principales problemáticas que consideran preocupantes, como consecuencia del uso de las formas de pago digitales.
Asimismo, la encuesta reveló que el bajo riesgo de fraude es el principal motivo para mantener el dinero en efectivo y no sustituirlo por las nuevas formas de pago digital para el 75% de los entrevistados, seguido de que es la forma de pago que más ayuda a controlar los gastos y a no endeudarse, para un 73%. La eficiencia también es un factor que considera el 69% de los entrevistados, al estimar que el dinero en efectivo debe mantenerse porque es el único medio de pago que siempre funciona.