Japón busca que entre el 1 % y el 2 % del fondo pactado con EE.UU. se use en inversiones reales

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Japón ha verificado que solamente del 1 % al 2 % del fondo de 550 mil millones de dólares anunciado conjuntamente con Estados Unidos se invertirá de manera directa. El resto será dirigido a través de préstamos y avales proporcionados por instituciones financieras públicas del país asiático. Esta información fue dada a conocer por el principal negociador del acuerdo, Ryosei Akazawa, en medio de crecientes dudas sobre el verdadero alcance del pacto y cómo se repartirán los beneficios entre las dos naciones.

La mayor parte del fondo será vía préstamos, no inversión directa

De acuerdo con los funcionarios japoneses, el fondo no supondrá un gran movimiento de capital en términos de acciones. La estructura se centra en herramientas financieras tales como créditos y avales respaldados por instituciones como el Banco Japonés para la Cooperación Internacional (JBIC) y la Compañía de Seguros para Exportaciones e Inversiones (NEXI), facilitando que Japón recupere recursos a través de intereses y tarifas.

En el limitado porcentaje asignado a inversiones concretas, se ha definido una distribución desproporcionada: Estados Unidos recibirá el 90 % de los beneficios, mientras que Japón obtendrá un 10 %. Este aspecto ha causado malestar en Tokio, que desde el principio había propuesto una repartición más justa de las ganancias.

Ventajas indirectas: disminución de aranceles y desempeño financiero

Aunque la inversión directa sea mínima, Japón proyecta beneficios significativos desde otros ángulos. Uno de los más importantes es la reducción arancelaria contemplada en el acuerdo, que podría generar ahorros estimados en 10 billones de yenes al año, equivalentes a cerca de 68 mil millones de dólares.

Además, al optar por un modelo centrado en créditos y garantías, Japón preserva su margen de maniobra financiera, limitando su exposición al riesgo. Este enfoque permitiría generar retornos estables sin necesidad de comprometer recursos en activos de alto riesgo o baja liquidez.

Japón modera el mensaje de la Casa Blanca

El anuncio inicial del acuerdo por parte de Estados Unidos describía el fondo como un paquete de inversión liderado por ese país, con beneficios ampliamente concentrados en su economía. Sin embargo, Japón ha expresado su preocupación por esa narrativa, al considerar que no refleja con precisión los términos acordados.

Ryosei Akazawa hizo un llamado a formalizar un documento conjunto para evitar confusiones, y reiteró que la contribución japonesa responde a su marco legal y a criterios de sostenibilidad fiscal. La diferencia en las interpretaciones ha generado preocupación entre analistas, que advierten sobre posibles fricciones diplomáticas si no se alcanza una visión compartida sobre el funcionamiento real del fondo.

El entorno interno afecta la estrategia en Japón

Este comunicado se presenta en un periodo políticamente sensible para el primer ministro Shigeru Ishiba, cuya administración ha experimentado pérdidas en elecciones recientes. En este contexto, el gobierno ha decidido adoptar un enfoque cauteloso en asuntos internacionales, centrándose en pactos que aseguren mejoras económicas sin comprometer excesivamente los recursos del país.

La participación de agencias como JBIC y NEXI se ajusta a esta línea de acción. Estas instituciones buscan asegurar que cualquier financiamiento otorgado se alinee con los intereses estratégicos de Japón, especialmente en sectores como tecnología, infraestructura y transición energética.

Un fondo de alto perfil, pero con alcance limitado

Pese a la magnitud del fondo anunciado, el componente real de inversión japonesa en Estados Unidos será modesto. El modelo adoptado refleja una voluntad de cooperación, pero con cautela. Para Japón, este esquema representa una vía para fortalecer vínculos comerciales, acceder a menores aranceles y generar rendimientos financieros sin ceder el control de sus recursos.

El acuerdo se perfila, por ahora, más como un instrumento político y simbólico que como una apuesta agresiva de inversión. Su efectividad dependerá de la claridad en su implementación y de la capacidad de ambas partes para armonizar sus expectativas en torno a su aplicación real. Mientras tanto, Japón sigue apostando por el equilibrio: presencia internacional sin exposición excesiva.

Por Alejandro Rodríguez

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