septiembre 11, 2024

“La ecologización de la industria no puede limitarse a la descarbonización de procesos y energía”

Ilos anuncios del 22 de mayo de Elisabeth Borne sobre el «plan de ACCION» del gobierno para reducir las emisiones de carbono sector por sector, tras las del Presidente de la República y Bruno Le Maire, Ministro de Hacienda, sobre la “reindustrialización verde”, van en la buena dirección, como todo lo que contribuye a fortalecer la industria en nuestro territorio, bajo el doble signo de la conquista de la soberanía y la “reverdecimiento” de la economía.

Obviamente, podemos preguntarnos sobre el alcance de los medios probables (frente al plan masivo de laAmerican Inflation Reduction Act), sobre los límites de un enfoque nacional cuando la escala adecuada es Europa, sobre la financiación y sobre la reducción de un impacto presupuestario prometido como neutral.

Pero esta secuencia política también debería ser una invitación a reflexionar sobre lo que debería ser la industria “verde”, una noción que en realidad sigue siendo muy vaga. El primer punto a subrayar es que no puede limitarse a sectores específicos. Apuntar a baterías, energía solar, eólica y bombas de calor es muy útil.

Considere cadenas de valor completas, incluidos los usos.

No debemos desaprovechar estos cambios energéticos, así como debemos descarbonizar como prioridad las industrias pesadas con altas emisiones (acero, aluminio, cemento). Pero es toda la industria, todos los sectores combinados, los que deben volverse verdes. En segundo lugar, esta ecologización no puede limitarse a la descarbonización de los procesos industriales y de la energía utilizada. Este es un punto crucial, pero mal percibido.

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La industria verde no será un conjunto de fábricas que emitan menos gases de efecto invernadero (GEI). El cambio de paradigma a realizar es más profundo. Por qué ? Primero, porque la producción del futuro estará cada vez más sujeta a limitaciones de recursos: energía limpia, pero también gestión del agua, interacciones con la biosfera, materias primas y componentes en tensión, habilidades humanas poco comunes.

Luego, debe mirar mucho más allá de las fábricas, para considerar las cadenas de valor completas, de extremo a extremo, aguas arriba y aguas abajo, incluidos los usos. La fábrica de donde sale el producto final a menudo representa solo del 5% al ​​10% de las emisiones totales de GEI de estas cadenas. También es necesario repensar los propios productos, bienes y servicios. Hablamos mucho de sobriedad de uso, pero la sobriedad de diseño es un tema fundamental.

La creación de una industria menos emisiva

Descarbonizar la producción para fabricar objetos caros a partir de materiales no reparables y no reciclables sería un error. La foto de Biden promocionando el coche eléctrico mientras conduce un monstruoso Hummer ilustra bien este punto. Finalmente, debemos “circularizar”, salir lo más posible de modelos lineales que aumentan nuestras dependencias y derrochan recursos en todas las etapas de las cadenas productivas.

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