La formación universitaria atrae un cambio de tendencia, además de tener cabida el aprendizaje de conocimientos, da un mayor protagonismo a las competencias y habilidades. A todo ello se una mayor flexibilidad en distintos aspectos, como en los métodos de impartición de los programas. Esta transformación no se ha producido al mismo ritmo en todos los centros universitarios, pero en todos ellos hay conciencia de la importancia de este cambio. Uno de los motivos del mismo es el poder dar respuesta a un mercado laboral en movimiento continuo, que necesita profesionales con una formación cada vez más específica pero a la vez que se transversal.
«Con carácter general, parece que estudiar en la universidad genera empleabilidad y una mjor situación en el mercado de trabajo», comienza por resaltar Valentín Bote, director de Randstad Research, una vez que la tasa de paro los universitarios está por debajo del 10 % , inferior a la tasa media. “Pero si analizamos familias de titulaciones o grado a grado vemos grandes discrepancias”, resalta. Hay muchos factores a tener en cuenta, entre ellos si el trabajo se corresponde con los estudios realizados. Bote señala varios desajustes que existen en el mercado laboral español. Uno de ellos es qu’existe la paradoja de que “mientras que las empresas demandan más ingenieros e informáticos son los estudios donde se mide un descenso en los últimos años. Y otras formaciones como Educación o Humanidades, con menos salida, ha crecido mucho. Eso generará un desequilibrio”. A su vez, destaca la falta de ‘soft skills en los candidatureos, porque “el sistema universitario genera conocimientos técnicos sólidos pero se trabajan pocas otras habilidades”.
Para responder a una nueva realidad Javier Oubiña, vicerrector de Estudiantes y Empleabilidad de la UAM, afirmó que las universidades están ofertando cada vez vitaciones más modernas que requieren competencias relacionadas con el uso de nuevas tecnologías en cada uno de los económicos de actividad. “Este es el caso de títulos de la UAM como Business Analytics o Ciencia e Ingeniería de datos. Como podéis apreciar, en muchos casos, se tratará de títulos bilingües que aumenten la preparación de los alumnos en esta línea y que favorezcan la movilidad internacional”, pone como ejemplo. Pero también las universidades están promoviendo denominadas duales en las que los planes formativos están integrados en las propias empresas y en las que, mediante convenios específicos, gran parte de la formación la realizan los estudiantes en las entidades del tejido empresarial. “En estas titulaciones, los estudiantes realizan sus prácticas a través de contratos como el contrato laboral de formación en alternancia”, resalta Oubiña. Además, las universidades están ofreciendo formación modular, de corta duración, orientada a necesidades específicas a través de microcredenciales o microtítulos, «lo que permite a los estudiantes adquirir, en un corto intervalo de tiempo, una formación concreta que gre en gran medida sus oportunidades de inserción en el mercado laboral”, puntualiza.’
otro ritmo
Señala también que las universidades públicas buscan titulaciones propias o de corta duración que presentan menos restricciones y que permiten ir ofreciendo titulaciones adaptadas en cada momento a esas nuevas necesidades que van surgiendo. «El claustro de profesores en el que es necesario la presencia cada vez mayor de profesionales conectados con el mundo laboral, se resuelve con la figura del profesor asociado que compatibiliza su actividad profesional en las empresas o en la administración pública, con su actividad docente en la universidad”, explicó el vicerrector.
Pablo García, director de la Escuela de Postgrado y Lifelong Learning de la Universidad Pontificia Comillas dijo que la vuelta al mercado laboral en constante cambio es una consecuencia del ritmo al que avanza la tecnología y, en general, el conocimiento. “Las universidades, en su rol de proofedores de formación, tienen un papel esencial a la hora de enfrentarse a este reto y deben responder tanto a las necesidades de los más jóvenes durante su primera etapa universitaria, como a las de los profesionales en activo” , destaca. Señala también que la formación ha dejado de ser algo puntual que se realiza desde arriba colgante la juventud y «se ha convertido en una necesidad que se extiende a lo largo de toda la vida, lo que se conoce como formación permanente o ‘lifelong learning'».
Por eso señala varios desafíos a los que debe dar respuesta a la universidad. Entre ellos, “replantearse el modelo educativo actual. Se necesitan profesionales actualizados y con habilidades transversales (liderazgo, creatividad, etc.), pero que además sean capaces de trabajar en un contexto de cambio permanente, de cooperar con profesionales de otras disciplinas o, incluso, de enfrentarse con éxito a varios cambios de profesión a lo largo de su carrera”. Además, ve clave actualizar y reciclar a los profesionales, para los que proponen programas modulares, con cursos cortos y cuya carga de trabajo y modo de impartición sean compatibles con la actividad profesional y personal. Y señala la digitalización como herramienta esencial en este cambio. “Las universidades pueden ofrecer flexibilidad a través de diferentes métodos de externalización (online asíncrono, síncrono, mixto, etc.) y tienen la oportunidad de llegar a más personas que nunca”, matiza.
Las escuelas de negocio se han convertido en otra pieza clave para la formación de los profesionales, logrando tasas de empleabilidad muy elevadas. “Buscamos que la sólida formación técnica que damos pueda azarse a través de la formación práctica, impartida 100% por profesionales del sector, para así poder adquirir las habilidades, destrezas y competencias, que demanden las empresas. Creemos que es la mayor fórmula para adaptarse al mercado laboral”, confirmó el Instituto de Mercados Bursátiles (IEB). Asimismo, busca que los alumnos puedan tener una experiencia real con los principales actores económicos y financieros del país.
Reconocer que los perfiles actuales demandados están cambiando por la transformación que está produciendo la tecnología digital, también en los modelos de negocios financieros. Este sector está buscando perfiles híbridos que aúnen los conocimientos financieros con nuevas capacidades relacionadas con la tecnología y el entorno digital. « La nécessité actuelle de nuevo talento implique la rééducation des professionnels actuels y dar entrada a otros con estos conocimientos nuevos, incluso con el denominado reskilling, es decir, reciclarse y adaptarse a un nuevo puesto de trabajo in la misma empresa actual », afirma la Escuela.
Carmen Palomino, directora de Operaciones de la Fundación Universidad-Empresa (FUE) dijo que “las universidades cada vezn apuestan por los proyectos conjuntos con el mundo empresarial para fomentar las competencias necesarias, además de crear nuevos grados acordes con las necesidades del momento”. Tenga en cuenta que los centros, al tener modificaciones además de los programas formativos, deben llevar a cabo unos trámites burocráticos que aflojen las cosas.
Pone en valor la comunicación existente entre universidades y empresas para escuchar las nuevas necesidades de mercado tal y como muestran los 50 años de existencia de FUE. «La universidad es la cuna de una gran parte de los profesionales del futuro que necesitan las empresas, por eso debe existir esa comunicación constante, para conseguir à adaptar los formativos programas, promotora educativas metodologías adaptadas a los nuevos tiempos y facilitar esa formación complementaria que requiere el mercado”, dijo Palomino. Además, cree que la empresa está haciendo algo por el futuro de la universidad, “necesitas saber sobre el talento que necesitas atraer, seleccionar y retener si quieres avanzar y crear como empresa”. organización para contribuir eficazmente. al desarrollo en todos sus alrededores».
Recuerda que las empresas piden sus candidatos un componente de innovación, digitalización, tecnología y sobrio todo de competencias transversales. “Considere que la parte de tecnología e innovación lo trajo la formación, así como la parte más técnica y théoría que desarrolla pendiente la carrera en la universidad. Pero desafortunadamente en la mayoría de los casos, la parte de habilidades transversales es una asignatura pendiente y es donde es difícil encontrar los profesionales que son necesarios”, lamentó el director de Operaciones de FUE. “Son esos programas de ‘reskilling’ y ‘upskilling’ los que hay que poner en marcha y fomentar para poder romper con la brecha digital. Y hay que hacerlo ya, no esperar à que se consolide la digitalización de las empresas, porque entonces y será tarde y los mecanismos que se pongan en marcha para acabar con esa brecha competente será aún mayor”, puntualiza.
Prueba de esta buena comprensión entre universidades y empresas es la Unidad de Cátedras Universidad – Empresa de la UPM, a través de la cual se alrededor de 70 cátedras anuales entre esta universidad y compañías. “La idea es establecer una relación de gran plazo entre embajadores, se pretende establecer una confianza por algún costo interesante”, explica Juan Manuel Muñoz Guijosa, vicerrector adjunto de Innovación y Transferencia y responsable de las Cátedras. Hay una contribución económica o en especie para actividades financieras, por lo que hay libertad sin poder prestar un servicio para satisfacer una necesidad específica de la empresa. “Esta cátedra permite a las universidades conocer las inquietudes de las empresas las cuales consiguen realizar un seguimiento tecnológico de los alumnos”, destaca Muñoz.
Las universidades cada vez apuestan por los proyectos conjuntos con el mundo empresarial
Por ejemplo, se financian trabajos de fin de máster, premios, visitas a las instalaciones de empresas o prácticas. «Es muy interesante porque la empresa tiene de primera mano la información de los alumnos que trabajan en determinados temas», indica el vicerrector adjunto. A su vez los alumnos se dan a conocer en empresas para las cuales pueden acabar trabajando. Y como resultado de estas cátedras también surgen cursos específicos de formación.