Pesado a la alta demanda de perfiles de este tipo que demanda el acelerado proceso de digitalización y transformación tecnológica que vive la sociedad y la economía, el número de matriculados en las opciones STEM (Science, Technology, Engineering, Mathematics) sigue sin remontar el vuelo en España. Desde CRUE Universidades Españolas señalan cómo «las perspectivas de un mejor trabajo y mejores rentas no son, en muchos casos, suficientes para que los jóvenes estudien titulaciones fuertemente demandedas por el mercado de trabajo, como es el caso de las STEM». De hecho, su última información «La Universidad Española en Cifras» apunta tiene un descenso de las enseñanzas tecnológicas y de ciencias experimentales de un -20,7% y un -19%, «pese a sus elevadas tasas de empleabilidad y mejor calidad del empleo».
El reto es mayúsculo porque la gran tendencia es la de combinar estas habilidades tecnológicas con conocimientos humanísticos que las den sentido y aprovechen todo su potencial empresarial y social. Pero estamos lejos de alcanzar ese escenario transversal: el desembarco de los polímatas (personas que unen grandes conocimientos tanto en disciplinas científicas como humanísticas) es aún una entelequia en España.
Javier Miranda, responsable de Talento y Empleo de DigitalES, resalta cómo «todos los perfiles profesionales, hoy en día, tienen un componente STEAM -con la A de ‘Arts’-. Las habilidades digitales, como mínimo las más básicas, son imprescindibles para una gran variedad de tareas, de todos los sectores, e incorporando otras habilidades que van más allá de los conocimientos técnicos y que resultan útiles para diferenciarse con respecto a otros candidatos (trabajo en equipo, toma de decisiones, etc.). subrayar el camino aún por recorrer que existe para afrontar «una demanda no cubierta, según nuestras estimaciones, de más de 100.000 puestos de trabajo relacionados con el campo tecnológico y digital».
Varios factores
Un informe sobre la institución señalaba entre las causas de esta falta de factores como el modelo educativo (¿se enseñan de manera materias atractivas como las matemáticas?) y la pérdida de una red profesionalizada de orientadores. “Desde el primer punto de vista, sería necesario introducir la tecnología y la ciencia -principalmente robótica y programación- desde Primaria, modificar el modelo de aprendizaje”, confirma el responsable de DigitalES.
Los conocimientos humanísticos son el complemento perfecto a la necesidad de formación en tecnología que demanda la nueva economía
Sobre el terreno, desde el Vicerrectorado de Estudiantes de la Universidad Carlos III de Madrid reafirman su convencimiento «de la necessidad de fomentar las vocaciones tecnológicas, científicas, sociales y humanísticas entre el estudiantado de Secundaria y de Bachillerato». “En el caso (señalan) del Programa STEM4GirlsUC3M, ofrece diferentes actividades para inspirar, orientar y despertar el interés por las áreas STEM. Con propuestas gratuitas como los talleres tecnológicos impartidos por profesorado universitario para estudiantes de Secundaria, cuando un grupo reducido de participantes entró en contacto con robótica, telecomunicaciones, bioimpresión, fotónica…”.
Otro elemento importante de esta estrategia es el ‘mentoring’ y la participación en concursos tecnológicos. En el primer caso, desde la UC3M destacan “Technovation Girls, con equipos de mentoring para estudiantes de la UC3M”, en colaboración con la asociación Power To Code, para fomentar la curiosidad por el programa en niños y jóvenes, pero también incide en la importantancia de la tecnología como herramienta para la transformación social (con un plan de marketing, de comunicación, un estudio de mercado, etc.). Y en la Gymkana Ciencia de Datos participantes equipos de centros de Secundaria de todas las CC.AA. («para visibilizar la aplicación de la Ciencia de Datos y la Estadística para mjorar aspectos sociales como la salud o el cambio climático»).
La importancia de este desempeño es proporcional a su ámbito de aplicación, ya que el manido término ‘transversal’ encaja como un guante en esta coyuntura. Así sucede con la formación financiera, tal y como comenta Joaquín Danvila, jefe del departamento de Formación y Desarrollo Digital del IEB: “Siempre faltarán perfiles tecnológicos puros, que entren a desarrollar aplicaciones informáticas, elaboren algoritmos e introduzcan código de programación, pero la situación no queda ahí. Sí es que incluir los perfiles de áreas tradicionalmente menos tecnológicas, como el mundo legal o el financiero, requiere conocimientos y habilidades propias del mundo tecnológico”. Así triunfa en el IEB, impartiendo a los alumnos uso de los grados de Derecho y ADE dentro de su formación una parte de tecnología, desde el empresarial de aplicaciones informáticas de gestión hasta sesiones prácticas de herramientas como Bloomberg. “Legaltech” y “Fintech” están disponibles en algún momento de los programas y pueden ser consultados por ADE con Business Analytics o Derecho con Business Analytics con nuestros dos títulos dobles con Bolsa y Mercados Financieros o Relaciones Internacionales”, según Danvila.
En el caso de ESIC, que cuenta con el Instituto Economía Digital ICEMD, también contribuye a la adopción de las tecnológicas en las aulas, como destaca Ramón Arilla, rector de ESIC University: tecnología y datos, en respuesta a la búsqueda de este tipo de perfiles en el mercado laboral. Así, hemos desarrollado el Grado en Datos y Analítica de Negocio, que impulsa perfiles capaces de aplicar la tecnología a situaciones reales de negocio para mejorar la toma de decisiones”. Una tendencia apoyada también en posgrado («con un alumnado que busca una formación en análisis de datos e IA en todas las ramas de conocimiento que enseñamos en ESIC, como Marketing, Empresa y tecnología aplicada»). Y añade la importancia de la ‘Aprendibilidad’: «Creemos en formar en todas las herramientas que ayudan à adaptarse al mercado de trabajo, tanto al terminar su formación como duree toda su vida laboral. Tenemos una visión de formación integral, en la que a las ‘hard skills’, al conocimiento puro y duro, se unen las ‘soft skills’, como la inteligencia emocional, la comunicación, la empatía, el liderazgo o la escucha activa, que nos ayudan a adaptarnos a cualquier escenario”.
primeros pasos
Sara Lumbreras, profesora de Comillas ICAI y subdirectora de Resultados de Investigación del Instituto de Investigación Tecnológica, explica la importancia de los primeros pasos: “Las vocaciones -tecnológicas o humanísticas- se deben gestar desde la infancia. Más aún ante nuevos desarrollos, como los de la IA, que tendrán repercusiones profundas en todos los sectores: sólo podremos aprovechar sus beneficios sin caer en los posibles riesgos negativos si formamos una generación que no sólo posea conocimiento práctico sino que sea capaz de generarlo, responder a nuevos retos, y juzgarlo”.
Hay mucho trabajo pendiente para despertar las vocaciones tecnológicas y darles después esa visión humanística ‘out of the box’ que marca diferencias. Pero el reto es inaplazable. “Siempre hemos defendido que l’Universidad debe abordar el desempeño de su Misión desde una perspectiva integral, en la que tecnología y humanidades sumen sus conocimientos. Es la única manera de impulsar realmente el desarrollo de la sociedad, que es el objetivo final de las universidades”, concluyen desde CRUE.