septiembre 14, 2024

los timos más habituales en verano

Un falso médico con un embudo a modo de sombrero y con una faltriquera llena de dinero interviene en mitad del campo a un hombre para extraerle de la cabeza ‘la piedra de la locura’, que presuntamente le provoca desvaríos. Es la conocida imagen plasmada por el ‘Bosco’ en un lienzo expuesto en el Mueso del Prado con la que el artista flamenco denunció, ya en el siglo XVI, la existencia de timadores sin escrúpulos, capaces de cualquier argucia para sacar dinero. Más de 500 años después, las estafas continúan siendo una fuente inagotable de beneficio para los criminales, y algunas aumentan en verano.

Aunque el objetivo es el mismo actualmente que en tiempos del pintor de Bolduque, las estrategias para captar incautos y despojarlos de una suma considerable de dinero han cambiado radicalmente. Ahora, los delincuentes recurren mayoritariamente a Internet para estafar a sus víctimas a través de distintos métodos, entre los que destaca el ‘phishing’.

Se trata de una técnica consistente en el envío de un correo electrónico por parte de un ciberdelincuente a un usuario en el que simula ser una entidad legítima (red social, banco, institución pública, etc.) con el objetivo de robarle información privada, realizarle un cargo económico o infectar el dispositivo. Para lograrlo, adjuntan archivos infectados o enlaces a páginas fraudulentas en el correo electrónico, explica el Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe).

Similar al ‘phishing’ es el ‘vishing’, un tipo de estafa de ingeniería social por teléfono en la que, a través de una llamada, se suplanta la identidad de una empresa, organización o persona de confianza, con el fin de obtener información personal y sensible de la víctima. Ambas representan una fuente de ingresos considerable para los timadores.

«Las estafas que más se están produciendo actualmente, y que han experimentado un incremento enorme en los últimos tiempos, son las realizadas a través de Internet o del teléfono. En una llamada, en un SMS o en un correo, se hacen pasar por tu entidad bancaria, te dicen que ha habido movimientos sospechosos y te piden datos personales. Además, lo hacen bastante bien, imitando los logos de los bancos. Si aportas esta información, lo aprovechan para vaciarte la cuenta», detalla Pablo Pérez, portavoz de Jupol.

Criptomonedas y Bizum

Sin embargo, suplantar la identidad de las entidades bancarias no es la única estratagema empleada por los ladrones, que también recurren a las criptodivisas para tentar a sus víctimas y apoderarse de sus ahorros. «Suelen elegir gente que haya invertido en criptomonedas. Les dicen que su producto se ha revalorizado y que para liberar ese importe tienen que depositar una cierta cantidad en concepto de impuestos», señala la abogada penalista Laura Gil, de LABE Abogados.

«La gente suele caer poque recuerda haber invertido y no quiere dejar pasar la oportunidad de recuperar un dinero que supuestamente les pertenece. Para obtenerlo, los estafadores piden a las víctimas que se descarguen programas de control remoto del ordenador, como AnyDesk, y así lo manejan ellos. Cuando haces eso, no dejas rastro porque es como si lo hicieras tú mismo. Por ese motivo, el consejo es no bajarse este tipo de aplicaciones», añade.

No obstante, la creatividad de los timadores no termina ahí. Con el lanzamiento de cada nueva aplicación, encuentran el modo de perpetrar una nueva estafa, como en el caso de Bizum y las plataformas de venta de objetos de segunda mano. «Para hacerlo, eligen un anuncio en una de estas páginas, generalmente de un artículo de gran tamaño, y contactan con el propietario. Le dicen que no pueden ir a buscarlo, que van a contratar un servicio de transporte y que le harán un adelanto del pago», desgrana Gil.

«Ahora bien, en Bizum no seleccionan ‘Enviar dinero’, sino ‘Pedir’. Para que la víctima no se percate del engaño, ponen un asunto confuso que induzca a error, como ‘Ingreso a recibir’ o similar. La persona no se da cuenta y pica», subraya.

También relacionado con Bizum, se popularizó hace unos meses un fraude en el que los delincuentes enviaban un SMS o un mensaje de WhatsApp a sus víctimas y se hacían pasar por sus hijos. «Hola, papá», comenzaba un texto en el que aseguraban haber perdido el móvil -para justificar una comunicación desde un número desconocido- y pedían dinero a través del proveedor de servicios de pago o una transferencia. «Los padres se lo creían porque no es una cosa tan rara», afirma la abogada.

Engaños en los alquileres y las reventas

Sin embargo, las artimañas de los criminales van más allá y exprimen todas las plataformas a su alcance. Otro de los timos comunes lo realizan a través de páginas de alquiler de viviendas o habitaciones y tienen como objetivo los estudiantes en ciudades con problemas de arrendamiento, apunta Gil. «Ponen un anuncio en internet y, con la excusa de que hay muchas visitas, solicitan dinero para reservar la cita. Suelen hacerlo por 400 euros, para que no pase de procedimietno abreviado, y prometen que después se decontará del precio», abunda.

«Así van estafando de 400 en 400 euros. Se lo hacen a cinco o seis personas y después desaparecen. Borran el anuncio y bloquean el WhatsApp del número de teléfono que han utilizado», profundiza.

Algo similar ocurre con los alquileres de verano. Utilizan habitualmente la plataforma AirBnB y, una vez que la víctima ha realizado la reserva, le ofrecen la posibilidad de cancelarla y proceder de nuevo, pero sin intermediarios, para ahorrar la comisión que cobra la página. «Los usuarios acceden, hacen el pago y se encuentran con que no tienen destino de vacaciones y han perdido el dinero», lamenta la abogada.

No es, no obstante, la única estafa que prolifera en verano: la reventa de entradas relacionada con festivales también está a la orden del día durante la temporada estival. «Como ahora estos pases son digitales, lo que hacen es enviarlos con un código QR que igual ya ha sido utilizado. Revenden el billete a seis personas y solo puede entrar la primera que va. Estas son de las más difíciles de controlar», relata.

Utilización de los datos personales

En otros casos, los delincuentes no persiguen obtener dinero de sus víctimas, sino hacerse con sus datos personales para utilizarlos en timos posteriores. «Estafan a la gente en tu nombre, se hacen pasar por ti para no dar su propia filiación. Más tarde puedes tener problemas porque te denuncian a ti y no a ellos», ahonda.

Uno de estos fraudes se popularizó antes de los comicios municipales y autonómicos del pasado 28 de mayo, cuando los criminales comenzaron a enviar correos en los que invitaban a corroborar los datos personales y comprobar si los receptores habían sido seleccionados para formar parte de una mesa electoral. «El mensaje contaba con el logo del Gobierno y parecía real, por lo que la gente cayó. Ahora bien, hay que tener presente que ese tipo de información nunca nos lo solicitarán por esa vía», recuerda Gil.

¿Qué opciones tiene un afectado?

En primer lugar, la víctima debe presentar una denuncia ante la Policía y aportar toda la documentación de la que disponga sobre los timadores. En el supuesto de que se haya tratado de un robo de datos personales para fraudes posteriores, haber acudido a los agentes permite preconstituir prueba y que el proceso sea más rápido. En caso contrario, también es posible demostrar la inocencia. «Si se ha empleado la información sustraída para estafar dinero a otros, es posible demostrar que la cuenta empleada no nos pertenece», incide la letrada.

Respecto a la posibilidad de recuperar el dinero cuando los delincuentes no solo han robado datos a sus víctimas, sino también dinero, es factible pero complicado. «Depende de si el estafador está en España, de si hay datos que dirijan al timador, de si ha dejado algún rastro… En definitiva, de lo inteligente que sea el autor», enfatiza.

Además, en los casos relacionados con cuentas bancarias, Pérez recomienda cancelarlas en cuanto los afectados se dan cuenta del engaño, además de denunciarlo. «Muchas veces los bancos tienen algún tipo de seguro, que en algunas ocasiones se hace cargo, aunque no en todas», resalta.