Como virus, artificial pero. Así funcionan los vectores artificiales que pueden entrar en las células humanas para realizar tareas específicas, como la edición génica, y por tanto dar un nuevo paso hacia la llamada medicina personalizada.
La principal novedad de estos compuestos es que se construyen a partir de virus que infectan bacterias. Entre otras ventajas, eso permitiría evitar la posible memoria de nuestras defensas ante ellos y disponer de una mayor capacidad. Según los autores, que publican los resultados en la revista “Naturaleza Comunicación“estas son nanopartículas”tienes el potencial para transformar las terapias génicas y la medicina personalizada«.
Los virus son máquinas biológicas eficientes capaces de replicarse y reunir progenie rápidamente. Los virus humanos naturales, como los lentivirus, han sido previamente modificados para administrar terapia de ADN o ARN en animales, pero tienen capacidades de administración limitadas y distintos problemas de seguridad. Aprovechar los mecanismos virales mediante la construcción de vectores virales artificiales programados con moléculas terapéuticas podría realizar reparaciones beneficiosas para ayudar a restaurar la salud humana.
En este momento, los virus sintéticos desarrollados fueron muy efectivos en cuanto a la transferencia de material genético a la célula.
Los investigadores describen un método para crear vectores virales artificiales (AVV) utilizando un tipo de virus que infecta bacterias llamadas bacterias T4.
Estos AVV tiene un gran volumen interno y una gran área externa para programar y administrar terapias biomoleculares.
En experimentos de prueba de concepto, los autores generaron AVV que contenían proteínas y ácidos kernelicos para demostrar su uso en ingeniería genética. La plataforma pudo administrar con éxito el gen completo de la distrofina en células humanas en el laboratorio y realizar varias operaciones de moléculas para remodelar el genoma humano.
Además, los AVV pueden producir de manera económica, con alto rendimiento, se descubre que los nanomateriales son estables durante varios meses.
En el artículo ahora publicado se demuestra por primera vez que se puede recuperar un bacteriófago T4 con un lipidouna innovación que facilita la transferencia de tratamientos salvadores de vidas a las células humanas.
«Esto supone un gran avance para ampliar el espacio existente en la terapia génica, y también para crear un nuevo espacio para futuros tratamientos», señala Venigalla Rao, profesora de biología de la Universidad Católica de América.
“Creemos haber demostrado que hay una vía para desarrollar tratamientos seguros y eficaces basados en bacteriófagos con un potencial curativo casi ilimitado “para enfermedades genéticas como la enfermedad de células falciforme, la diabetes y el cáncer”.
La terapia real está a años de distancia, pero esta investigación proporciona un modelo para desarrollar tratamientos
También encontrará que un bacteriófago T4 tiene una capacidad de carga útil y una capacidad de ingeniería para ofrecer una gama de tratamientos más amplia que las tecnologías actuales.
“La verdadera terapia son años de distancia, pero esta investigación proporciona un modelo para desarrollar tratamientos -explica Rao-. Lo que estamos investigando es como una cirugía molecular que puede corregir de manera segura y precisa un defecto y generar resultados terapéuticos y, algún día, curas”.
La investigación actual en terapia génica se puede clasificar en enfoques muy principales que dependen de los siguientes vectores, o vehículos de tratamiento: virus adenoasociados y lentivirus, nanopartículas lipídicas y nanopartículas sintéticas. Todos estos tratamientos siguen siendo experimentales.
Rao explicó que el progreso en el campo en las últimas tres décadas ha sido incremental porque los vectores actuales tienen “una capacidad de carga muy limitada, una capacidad de ingeniería y de dirigirse a las células limitadas, muchas preocupaciones de seguridad y los procesos complicados para para producir estos tratamientos son extraordinariamente costosos”.
Y añade que l’investigación sobre el bacteriófago T4 demuestra que un nuevo tipo de terapia que evita esta limitación tecnológica y los problemas de seguridad son «no solo posibles, sino factibles».
El objetivo final, según Rao, es que a diferencia de los medicamentos actuales de pequeñas moléculas que a veces deben tomarse de por vida, un futuro medicamento basado en bacteriófagos podría conducir a horas curas en cuestión de días”.