Autora de una tesis sobre la profesionalización de los estudios universitarios en Francia, la investigadora Laurène Le Cozanet observó las nociones de “habilidades”, incluidas las soft skills o “soft skills”, que poco a poco ingresaron a la universidad. Recuerda el largo período de transformación de las universidades, reformadas para adaptarse a la realidad económica del país. Un proceso que genera tensión, particularmente en torno a la enseñanza de habilidades blandas que algunos creen crea la ilusión de que los estudiantes están preparados para el mundo laboral. “Lo que llamamos socialización profesional se alimenta más de la alianza entre el dominio de los saberes formales y el largo periodo de experiencia”, enfatiza el político.
¿Cuándo observa que las habilidades blandas ingresan a la facultad?
En la década de 2010, las universidades francesas pusieron en marcha proyectos etiquetados como soft skills, una noción de gestión para designar habilidades conductuales como la fluidez oral o la capacidad de trabajar en equipo. Pero si este vocabulario es nuevo, el enfoque no lo es: a partir de la década de 2000, las universidades crearon módulos que supuestamente permitían adquirir “competencias transversales”, también llamadas “savoir-être”. Este es el resultado del proceso de Bolonia, un mecanismo europeo lanzado en 1998 cuyo objetivo era armonizar la educación superior a nivel de la UE y hacerla más legible dividiéndola en bloques de habilidades. Se supone que este enfoque basado en competencias facilitará la comunicación entre el mundo de la educación superior y el del trabajo.
En Francia, este proceso sobre la reforma LMD [licence, master, doctorat] que agrupaba todas las carreras universitarias en un mismo marco legal y asignaba una cuestión profesional a cada una. Al mismo tiempo, en 2002, se decidió incluir todas las carreras universitarias en el nuevo directorio nacional de certificaciones profesionales, el RNCP, donde se describen por competencias todos los títulos con fines profesionales del país.
¿Cuándo data esta dinámica de profesionalización?
A partir de la década de 1950, la formación continuó. Se apoya en activistas de la educación popular, pioneros en la gestión de recursos humanos y altos funcionarios que teorizan los aportes complementarios entre saberes, saberes y habilidades interpersonales. En 1958, un ejecutivo de las fábricas de Renault, testaferro de este movimiento, pronunció un discurso sobre la «competencia» del empleado bien integrado en su empresa, que calificó como una «conjunción feliz» de «saberes», » aptitudes». y «buena voluntad». Se está extendiendo la idea de que la formación no es sólo educación.
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