Imi «deshielo»Así lo prometió el presidente estadounidense Joe Biden el domingo 21 de mayo al término de la cumbre del G7 celebrada en Hiroshima, Japón. señalando esto «bola estúpida», en referencia a la máquina de vigilancia derribada por Estados Unidos a principios de febrero, para explicar el abandono extremo de las comunicaciones entre Washington y Pekín, prometió por tanto la vuelta al diálogo. Pero incluso cuando este producto se calienta, el diálogo promete mantenerse reforzado. Con el sentido de la actualidad que les conocemos, las autoridades chinas han logrado efectivamente, este domingo, enfriar un poco más las relaciones entre ambos países.
La poderosa Administración del Ciberespacio de China, que controla y censura Internet en el país, ha decidido prohibir «infraestructura crítica», como operadores de telecomunicaciones o bancos, para obtener chips de memoria del fabricante estadounidense Micron. Para la administración, estos componentes “asumiendo un grave riesgo de seguridad” para la infraestructura digital de China.
Con sede en Boise, Idaho, Micron no es la más conocida de las empresas de electrónica, pero ha construido, en los últimos años, a través de adquisiciones, una fortaleza en componentes electrónicos. Ahora es el mayor productor de memoria estadounidense y el tercero del mundo, con cerca de 30.000 millones de dólares (27.800 millones de euros) en ventas en 2022.
Objetivo fácilmente reemplazable
Esta es la primera vez que China ahora ataca a una empresa estadounidense en esta área, además de invocar la seguridad del país. Hasta ahora, eran más bien los estadounidenses los que regularmente planteaban cuestiones de seguridad para justificar las medidas de bloqueo del comercio.
En octubre de 2022, la Casa Blanca prohibió a sus empresas de electrónica vender a los chinos equipos sensibles que podrían permitirles reforzar su arsenal militar. Incluso habían convencido a los japoneses y los holandeses de que limitaran sus exportaciones de los materiales y componentes más sofisticados.
Por lo tanto, la medida china parece ser una forma de represalia. Y un paso más en la escalada de tensiones entre ambos países. Hasta ahora, Beijing ha evocado más bien argumentos de competencia o regulación. Esta vez, es la seguridad del país lo que se denuncia. Micron es un blanco fácil, ya que la empresa es reemplazada fácilmente por sus dos grandes competidores, los coreanos Samsung y SK Hynix.
La larga marcha de China hacia la autonomía tecnológica aún está en pañales, pero la dirección está establecida y el enfoque es metódico. La economía mundial no saldrá ilesa de este desacoplamiento Este-Oeste y no es seguro que los vecinos asiáticos acepten con gusto entrar en este juego mortal. En cambio, esperan el deshielo.